Breve antidiscurso sobre qué no es la poesía

     Presumible lector, aunque todos somos víctimas frecuentes de las pretensiones, al dirigirme a usted en esta primera ocasión, no me mueve la intención de confeccionar un curso completo de poesía, ni redactar una clase magistral sobre el asunto; son exclusivamente las ganas de hablar acerca de  lo que me gusta y la expectativa de su parecer, las que me animan a escribir estas lineas.

Ocurre que, tratándose ¿qué es la poesía? de una pregunta simple y concreta, parece muy difícil de responder, del tipo de ¿qué es el amor? (y me doy cuenta de inmediato que no debí utilizar este ejemplo; hubiera sido mejor, quizá, ¿qué es la belleza? No, tampoco), incluso para los filósofos, intelectuales, científicos, gramáticos, profesores, ponentes, críticos literarios, poetas, ¡ay!, si tenemos en cuenta los resultados de los múltiples intentos realizados a lo largo de la historia, a cual más desolador.

Al recurrir al diccionario, uno de mis instrumentos favoritos en el mundo de las palabras y, antes que nada, la poesía es palabra, me encuentro con cavilaciones tales como <<Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa>>, <<Poema, composición en verso>>, <<Arte de componer obras poéticas en verso o en prosa>>, consulto el término «poema» y aparece <<Obra poética normalmente en verso>>, es decir, sí pero no, lo definido dentro de la definición, inconcreciones, nada serio. Por último, en un intento de hilar fino voy a «verso» y leo <<Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo cadencia>>, siendo «cadencia» <<Una serie de sonidos que se suceden de modo regular o medido>>. Otra vez los contrasentidos.

Pero, de repente, aparece una acepción convincente de «verso»: <<Pieza ligera de la artillería antigua, menor que la culebrina>>.
Me niego a averiguar qué es la culebrina.

Mi admirado don José María Millares Sall concluye en unas «Reflexiones», que la poesía es un viaje inacabable sobre una alfombra, <<fácil como todo lo que es difícil. Como la eternidad>>. No se yo si la comparación es más acertada que la mía, con objeto de llegar a algún lado en este maravilloso periplo suyo, poesía pura, aunque no aclare en absoluto el interrogante que nos ocupa.

Ante tal imposibilidad aparente de resolverlo, propongo la estrategia contraria; al no ser capaces de  saber qué es la poesía, acaso podamos conocer qué no es, como si limpiáramos y ordenáramos una habitación para encontrar algo valioso, pero aprovechando para tirar los trastos de una vez por todas.

Poesía no eres tú, por mucho que se lo hayan repetido, quítese de pasiones, ni algo que tenía hasta en la mirada un presunto Rimbaud local, eso es otra cosa más discotequera, ni un ritmo interior propio, como el bacalao o el trance, ni un arma cargada de futuro (qué fijación con la armería) porque todas las armas van repletas de odio con un objetivo siempre presente en el punto de mira. Tampoco es algo que <<viene de un lugar que nadie controla, nadie conquista>>, como asegura el magnífico Leonard Cohen, cubriendo con un tupido y misterioso velo la creación literaria, del que parece tan necesitada para prestigiarse (mercadotecnia por no decir marketing).

Y aquí lo dejo, apenas empezado. Ya me cansé de adecentar el cuarto. Hay mucho cachivache que no me atrevo a mandar a la basura. Creo que podré sobrevivir una temporada sabiendo que lo anhelado está ahí, en algún rincón, y aparecerá cuando de verdad me ponga a ello. Será un día de estos.

A lo mejor nos ayudaría contestar con anterioridad a otras dos preguntas muy habituales en los talleres literarios, esas reuniones donde puede pasarse sesiones enteras sometido a una campaña de desprestigio continuado y gratuito de su arte, cuando no de pisoteo de su yo, tan maltrecho (¿le provoco?), para no recibir, a cambio, ni un solo rayo de luz en ese mundo de tinieblas, ¿cómo sé que soy poeta?, ¿cómo que sirvo?, porque la nuestra es, en gran medida, consecuencia de ellas.
–De ninguna forma porque ustedes no son poetas– les diría.

Fíjese en el fútbol. ¿Se hacen estas preguntas los niños, los jóvenes, los adultos ante la brillantez y el reconocimiento social del deporte rey y el éxito de sus grandes figuras? No pierden ni un segundo. Cogen un balón, movilizan a los amigos y juegan. Disfrutan. A buen seguro, hay o habrá entre ellos, en brevísimo plazo, mejores jugadores que los profesionales y, aún cuando no consigan ser estrellas, jamás renunciarán a ese placer. La única pega que puede frenar un poco a los mayores es la salud, lo cual tampoco estaría mal aplicarlo a la poesía.

Cuando usted se encuentre escribiendo incluso sin saber lo que hace, en definitiva la misma situación presumida por las celebridades, guiado por la única satisfacción de hacerlo, se habrá respondido.

Eso sí, aprenda, dedíquese a la labor sacrificada y continua de adiestrarse en las herramientas propias para dar forma al lenguaje, su materia prima, y alcanzar el grado de maestría que le permitan sus habilidades o su empeño y exigencia, porque esto es la poesía, un oficio, según me reveló don José María Millares Sall, un día mientras malvendía sus obras a precio de saldo en una tienda de libros.

Si lo poético no es al final lo suyo, no se preocupe. Empléese en disfrutar de lo que en realidad lo sea.

Aquiles García Brito, Playa del Inglés a 17/junio/2012

  Reservados todos los derechos.

3 pensamientos en “Breve antidiscurso sobre qué no es la poesía

  1. Sí, amigo Aquiles, un oficio; pero además una forma de ver el mundo, ahora tan necesaria. Por una parte uno se deja la piel en los poemas por horas y horas de dedicación; pero por otra sabes que el mundo de ya no es lo que era después de ese poema que escribiste o leíste. ¿Qué es poesía? Existen tantas poéticas como personas, sean o no poetas.
    Un abrazo.
    Antonio Arroyo.

  2. Amigo Aquiles:

    Después de leer y analizar tu argumentada exposición sobre el tema, he llegado a la conclusión de que la poesía se ha covertido en un tema indefinible. Si bien en sus orígenes precisaba cumplir ciertas condiciones, nada fáciles por cierto, en cuanto a métrica, clasificación en sonetos, octavas, y demás…, ahora se ha eliminado todo ello para facilitar el acceso al personal…Para mi, respetando todos los criterios, es una expresión literaria con cierta musicalidad grata al oído y que siempre quiere expresar un fin o sentimiento. No hay que darle muchas vueltas, la poesía se siente o no se siente. Aunque algunos poetas pasen desapercibidos, ellos se sentirán siempre poetas.

    Nunca digáis que de asuntos falta,
    enmudeció la lira.
    Podrá no haber poetas, pero siempre,
    siempre, habrá poesía.

    Un cordial saludo.

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